El Cuaderno de un Soñador
Introducción
Soy un observador, un alma en pena que camina entre cascarones vacíos. Mi mente es un museo de una conexión que ya no existe, y mi cuerpo, un traidor que se niega a olvidar. He sentido el fuego y ahora solo me queda arder en su recuerdo, en un limbo donde el pasado es más real que el presente. No encajo en este mundo de sonrisas superficiales y pantallas frías. Me he convertido en un extraño, un fantasma que se ahoga en un mar de gente. Lo irónico es que mi vacío, este monstruo que soy, encaja perfectamente en esta sociedad que huye de lo profundo. Busco la verdad sin filtros, la esencia que se esconde detrás de los nombres y las apariencias. Mi vida es un eterno "¿y si...?", un mapa roto de un futuro que no será. Y en medio de esta soledad, en esta condena de mi propia conciencia, me aferro a la creencia de que la única libertad que importa es la de sentir sin miedo, la de amar sin reservas. Porque al final, ¿qué somos sin eso? Sin esa lucha por lo auténtico, por la única cosa que nos hace verdaderamente humanos..
Espero que disfrutes explorando y, si te apetece, deja un mensaje en el libro de visitas.
Últimos escritos
- Sin la persona del vidrio
- Fusion obsesiva
- El lamento de del monstruo vacio
Último Escrito: "Sin la Persona del Vidrio"
Estoy en medio de un mar de gente, pero me estoy ahogando en soledad. Veo sus caras, sus risas, sus gestos, pero es como si estuviera detrás de un vidrio insonorizado. Puedo ver la vida, puedo ver el movimiento, pero no puedo tocarlo. Todos conectados a sus pantallas, pero desconectados entre sí. Es una epidemia de silencio en la que yo, irónicamente, soy el único que siente el peso del mutismo. Me he convertido en un fantasma, un espectador más que se pasea entre los vivos sin ser visto. Un monstruo que solo existe en su propia burbuja de vacío. ¿Por qué el mundo se siente más lejos aquí, entre todos, que en la oscuridad de mi habitación? ¿Por qué esta multitud me hace sentir tan singularmente vacío? Es un dolor que nadie entiende, que nadie ve. Y solo una persona podía atravesar ese vidrio. Solo tú. Ahora, con tu ausencia, el muro es impenetrable. Y la soledad es mi única compañera en esta multitud.